Esta receta podría llamarse, cómo meterse en camisas de once varas y aún así salir más o menos airoso.
Hace poco que se ha editado en España el libro “Pasta fresca” de las hermanas Simili, dos señoras fantásticas que llevan más de 60 años haciendo pasta, además del adn italiano, que digo yo que algo tendrá que ver. Dos características que parece que no me han sido dadas y que son una ventaja a la hora de hacer pasta casera (o por lo menos algo un poco más elaborado que unos tallarines).
En el libro parecía fácil. En los libros todo parece fácil, incluso en los blogs lo parece, de hecho probablemente sea fácil si se tiene una superficie de trabajo mayor que el escaso medio metro cuadrado del que dispongo en mi cocina, además de un poco de cuidado y maña.
Tendría que haber hecho una foto de la cocina cuando acabé.
La forma de hacer pasta con máquina ya la he puesto anteriormente, y la vuelvo a poner aquí. El método de las hermanas Simili es algo más puntilloso (como no añadir harina a la lámina si está demasiado húmeda y se pega, sino ponerla sobre un paño para que absorba la humedad) pero como bastante complicado es manejar una lámina de pasta que quede pegajosa, vamos a obviar estos detalles para no vernos intentando despegar láminas de pasta de un paño mientras pedimos una pizza a domicilio.
Como era de esperar vale la pena el trabajo.
Ingredientes para 4 personas:
Masa de pasta
- 330g de harina
- 3 huevos
Relleno
- 400g de queso de cabra
- 80g de queso parmesano recién rallado
- 2 huevos
- Sal, pimienta blanca y nuez moscada
Salsa
- 30g de mantequilla
- 250g de nata
- Ralladura de 4 limones
- 2 cucharadas de zumo de limón
- Sal, pimienta blanca
- Parmesano recién rallado
Para la salsa, calentar en una sartén la mantequilla y la nata, cuando hierva añadir el zumo de limón, sal, pimienta blanca y la ralladura de limón, cocer un par de minutos y reservar.
Preparar el relleno, rallar el parmesano, y en un bol, mezclar el queso de cabra con el parmesano y el huevo. Añadir un poco de sal, pimienta blanca y nuez moscada.
Una vez hechas unas láminas del ancho de la máquina cortarlas en trozos de unos 30 x 6 o 7 cm y colocar el relleno en una fila en el centro (pongo una imagen, se ve que mi destreza para manejar mejunjes pegajosos deja mucho que desear).
Juntar los bordes largos (como probablemente se hayan secado algo y la idea es que queden bien sellados se puede untar el borde con un poco de clara de huevo para unirlos a modo de “pegamento”), juntar primero los bordes largos arriba y después los extremos.
Cocer estas “tiras” en abundante agua salada durante unos 3 o 4 minutos (dependiendo del grosor que se haya dado a la masa).
Escurrir y pasar a un bol con agua fría y sal para cortar la cocción (¡¡¡cuidado, son delicados de manejar!!!)
Pasar a una superficie con un paño las tiras para que se sequen bien y enrollarlas en forma de caracol, yo he usado unos moldes metálicos, pero tampoco son necesarios.
En una fuente de horno, poner un poco de la salsa en la base, colocar encima la pasta y añadir el resto de salsa por encima, rallar parmesano también por encima.
Gratinar en el horno unos 15 minutos.
4 Comments
carbayon1970
28 octubre, 2015 at 11:10La cocina del infierno jajaja. Muy buena pinta, el trabajo ha merecido la pena
Alberto Belmonte
1 noviembre, 2015 at 18:24Jaja, ¡gracias! desde luego que valió la pena, la próxima vez lo tendré más por la mano.
El Caldero de Nimue
1 noviembre, 2015 at 02:20¡¡Buaaa qué ESPECTÁCULO!! Y qué trabajazo, esto es cocina de nivel. Jajaja Me habría encantado ver esa foto de la cocina post-odisea. 🙂
¡¡Así que enhorabuena!!
Alberto Belmonte
1 noviembre, 2015 at 18:25¡Muchas gracias! La cocina quedó para tirarla y hacer una nueva, jaja! Son las cosas de disponer de poco espacio.